La vida te la dan, pero no te la regalan

sábado, 20 de abril de 2013

A UNA FIEL COMPAÑERA

¿Qué sería la vida sin ti? Te debo mucho. Ciertamente tengo que agradecerte que me hayas acompañado en todos esos ratos de soledad y en muchos momentos tan especiales. Hiciste que los viajes parecieran una película, que el amor fuera más terciopelo, que el desamor más llevadero, que la noche más alegre y el alba más vitalista.


Siempre estabas ahí, al principio guardada en un traje negro brillante. Luego te cambiaron de osamenta para que fueras más discreta y casi ni se te viera. Ahora estás en cualquier lugar de la casa, casi desperdigada. Perdiste tu forma pero no tu voz. Una voz que nunca nadie podrá acallar; una voz diversa que siempre sonará aunque sea en mi mente; una voz que hoy te anima; un sonido que te pondrá los pelos de punta. Fuiste y serás la que acompaña cuando lloras, la que te columpia cuando ríes o la que te habla cuando quieres conversación. Nunca fallas. Hoy serás una canción, mañana una sinfonía, pasado un rock and roll, quizá el domingo seas un bolero o una cumbia y siempre, siempre, serás la música; esa que pone la banda sonora a toda una vida. Esa que te acompaña cuando lloras o que te columpia cuando ries.

sábado, 16 de marzo de 2013

TU PROPIA PELÍCULA

El tiempo hace su trabajo escrupulosamente, sin alteraciones. Uno no se da apenas cuenta, pero cuando te percatas, el tiempo alimentó un pasado que ha crecido más de lo que se esperaba.


El tiempo pasa sin desfallecer, sin desasosiego y entonces miras hacía atrás y apenas puedes ver el principio. A duras penas podrás ver el comienzo de esa película que poco a poco vas gestando. Esa película que todos vamos construyendo. Única, particular. Esa película en la que hay escenas que se censuran y que se guardan en el arcón de los recuerdos, o mejor dicho, de los secretos. Esa película en la que grabamos aquellos momentos que nos pusieron la carne de gallina. Esa película en la que lloramos, en la que sufrimos, en la que también nos reímos, en la que amamos y peleamos por vivir, y en la que nos equivocamos. Una película en la que borraras muchos momentos porque no cabe ponerlos todos.

Con el tiempo y con la serenidad necesaria uno podrá contemplar esa película como si de un trailer se tratara y entonces quizá sonreirá con nostalgia, apenas arrugando la mejilla derecha. Si la vida no fue muy cruel quizá diga que no ha estado mal hasta el momento. Si fuera un soñador podrá decir que aún quedan muchas escenas por diseñar y grabar. Pero el pesimista añadirá que aún queda un tortuoso y complicado guión por escribir. El anciano por su parte pensará que esta película se va acabando y que pronto llegará el final.

Así, de esta manera, cada uno, con la ayuda del tiempo, va elaborando su propia historia, su propio guión, su propia película.

sábado, 2 de febrero de 2013

UN SOPLO DE AIRE FRESCO

Volver a ver a Ismael Serrano en un concierto ha supuesto un soplo de aire fresco, una ráfaga de viento ensoñador que viene a refrescar una mente atrofiada por la ausencia de valores de los tiempos en los que vivimos, por la escasez de ética de la sociedad, por la vulgaridad de la rutina y por el agotador azote de una crisis que nos harta y desmotiva.

Ismael pertenece a esa estirpe en peligro de extinción que todavía cree en las utopías y que alimenta la esperanza de que el mundo puede ser mejor de lo que es y después de tres horas de melosas melodías sales casi entregado y convencido del mensaje que brota de su garganta.

“Alguno dijo en las redes sociales que te compras un disco de Isamel Serrano, lo metes en el bolsillo y se te duerme la pierna” bromeaba el propio artista, demostrando que no solo es un chico serio lanzando misivas de cambio e ilusión. Y aunque la ironía malintencionada se hace eco del tono sereno que mantiene en el escenario, es quizá este sosiego el que uno agradece. El que vaya en busca de sonidos que impulsen sus caderas apenas encontrará alicientes, pero si quedará enormemente satisfecho aquel que busca la complicidad y la cercanía de una voz intimista y cálida, casi desnuda por la ausencia de una orquestación más recargada, que suena cercana y acogedora como el último abrazo de una noche de frío invierno. Y es que a veces uno agradece que se calle el ruido de fondo que nos acompaña en la cotidianeidad, para que alguien nos meza y nos hipnotice acomodados entre baladas de algodón, entre conversaciones y diálogos comprometidos, entre el buen hacer de un piano que arropa la voz de autor y de una guitarra que casi nunca le abandona y que añade más leña a la lumbre que da calor al encuentro.

Para los que albergamos un alma que se deja llevar fácilmente por las ilusiones, Ismael representa un ejemplo de lo que quisimos haber sido y no fuimos y una especie de envidia y de frustración nos invade al comprobar que otros han sido capaces de ponerse en pie y decir “señores este soy yo y vengo a cantarles lo que yo llevo dentro”, con la suerte añadida de que a los que acudimos a escuchar su canto, nos gusta y se lo agradecemos. ¿Qué más se puede pedir en esta vida? No pudiste tener mejor camino, amigo Ismael.


SI SE CALLASE EL RUIDO



sábado, 26 de enero de 2013

PODER IR DISTRAIDO SIN CORRER PELIGRO

El arte de escribir canciones debe de incluir la capacidad de expresar mucho y acertadamente, en pocas palabras. No es nueva mi admiración por aquellos que se desenvuelven con facilidad dentro de dicha habilidad artística. Y tampoco es nuevo que ponga como ejemplo y referencia al maestro Serrat, ahora venido a menos y dedicado a divertimentos con cierto colega, también habilidoso en el arte de la composición de canciones, pero con menos carga de profundidad y elegancia que el primero, aunque para esto habrá muchas opiniones, tantas como los gustos por los colores.


Hace unos días que reflexiono sobre una de esas frases del cantautor catalán que a uno le hacen pensar. La frase que no me saco de la cabeza pertenece al tema “Sería Fantastic” y dice, entre otras cosas, que sería fantástico “poder ir distraído sin correr peligro”.

Para uno, que sale a padre, y que desde pequeño ya apuntaba a ser un gran distraído, la frase no le deja indiferente. Son muchos los problemas que hay que ir tapando cuando bajas la guardia, cuando te despistas un segundo, o cuando por carencia, por descuido o relajación, te quedas mirando pasar el tren.

El mundo que nos toca vivir nos permite pocas distracciones. Hay que mantenerse alerta no sea que pierdas el trabajo, o que no lo encuentres rápidamente, no sea que tu vecino te avasalle, no sea que pierdas tu situación y estatus, no sea que pierdas tu mejor oportunidad en la vida para ser más feliz, o no sea que el amor pase sin decirte ni siquiera hasta luego.

Entre estas reflexiones me vienen a la mente los documentales de la 2 en los que podemos ver explícitamente como cada especie debe estar en permanente estado de atención hacia los peligros que en su hábitat existen. Aquel animal que se distrae por un segundo puede caer en las garras de su peor enemigo. Al igual que el entorno animal es una jungla de supervivencia en la que no se permiten relajaciones, en el mundo humano es un lujo descuidar tus defensas.

De esta manera al catálogo de lujos ya conocidos, como tener un buen coche, o una buena casa mirando al mar en la que podamos ver la puesta de sol más hermosa, tendremos que añadir la posibilidad de, al menos de vez en cuando, “poder ir distraído, sin correr peligro”.

SERÍA FANTASTIC/SERÍA FANTÁSTICO

Dicen..

Sería fantástico

que andara equivocado

y que el water no estuviera ocupado.



Que hiciera un buen día

y que no nos engañaran en el peso.

Que San Pedro, no cantase ni aunque le pagaran.



Sería fantástico

que nada fuera urgente.

No pasar nunca de largo y servir para algo.

Ir por la vida sin cumplidos

llamando a las cosas por su nombre.

Cobrar en especies y sentirse bien tratado

y mearse de risa y dejar volar la fantasía.



Sería todo un detalle,

todo un síntoma de urbanidad,

que no perdiesen siempre los mismos

y que heredasen los desheredados.



Sería fantástico

que ganara el mejor

y que la fuerza no fuera la razón.



Que se instalara en mi barrio

el paraíso terrenal.

Que la ciencia fuera neutral.



Sería fantástico

no pasar por el tubo.

Que todo fuera como está mandado y nadie mandara.

Que llegara el día del sentido común.

Encontrarse como en casa en todas partes.

Poder ir distraído sin correr peligro.

Sería fantástico que todos fuéramos hijos de Dios.



Sería todo un detalle

y todo un gesto, por tu parte,

que coincidiéramos, te dejaras convencer

y fueses como yo siempre te imagine.

martes, 1 de enero de 2013

VIEJA SEÑORA

Te quedaste anclada en el pasado mirando fijamente a las aguas que te riegan y viendo entre el oleaje el reflejo de tu juventud. En aquellos tiempos fuiste reina y puerto, y como tal eras partida y llegada. Eras vanguardia, y tu luz brillaba más que nunca.

Ahora algunos dicen que estas un poco descuidada, que te has abandonado, que ya no eres la misma de antes. El tiempo pasa. Es cierto. Pero la vejez hay que llevarla con elegancia y sobriedad y no con las imposturas de un triste maquillaje artificial.

Es cierto que las arrugas delatan tu edad, pero tú nunca quisiste ocultar el paso del tiempo ni teñir tu cielo gris y canoso plagado de melancolía.

Miras y miras una vez más al horizonte azul del oeste buscando el recuerdo de tus hijos que se fueron hacia otras tierras y hacia otro calor.

Pero junto a ti se quedaron otros que no hacen más que lamentarse por tus calles empinadas con quejas desgarradas acompañadas de guitarras lastimeras.

Has llorado muchas veces y tu llanto llenó ese río que parece un mar y que un mar es si alargas tu mano.

Algunos dicen que ya no eres la misma. Yo sin embargo sigo viendo en ti una auténtica señora, tierna, sentimental y sensible. La misma vieja y acogedora señora de siempre. La dulce Lisboa.