La vida te la dan, pero no te la regalan

viernes, 17 de julio de 2009

LA ESPERA

El otro día una amiga, de cuyo nombre no quiero acordarme, me realizó un comentario diciéndome que estaba acostumbrada a esperar. Así dicha la frase me quedé pensando sobre ella. La acción de esperar ya es de por si un tanto angustiosa, aunque también tiene su dosis de ilusión, pero si además se trata de una situación a la que se ya te has acostumbrado, la cuestión se puede llegar a tornar desesperante, o quizá llegue el momento en que uno se sienta normal ante tal coyuntura.

Pero luego pensé que en realidad todos deberíamos de estar siempre esperando algo. Esperar es sinónimo de esperanza, y va directamente asociado a la consecución de un sueño. Los hay que esperan a encontrar un trabajo, los que esperan en la cola para conseguir una entrada en un concierto, los que esperan a que un golpe de suerte cambie su situación económica acertando en la lotería primitiva, los que esperan a que su pareja cambie y la relación marital recupere la chispa inicial, los que esperan a que la enfermedad se cure, los que esperan al amigo con el que ha quedado, los que esperan a que el príncipe azul o la princesa llegue a sus vidas y conquiste sus corazones, o los que simplemente esperan a que el sol queme las nubes para poder disfrutar de los montes, de los ríos o del mar.

El problema es que la espera conlleva el condicionante de que uno no puede hacer prácticamente nada por acelerar o favorecer la consecución de la meta o el objetivo marcado. Es aquí donde llega la desesperación.

No obstante serán los más conformistas y los acomodados los que nunca esperaran nada en la vida.

Sin duda una de las esperas más comunes es la del amor. Como siempre Serrat supo describir perfectamente el estado de desesperación que se puede llegar a alcanzar cuando la espera del amor llega a ser insoportable. En su canción "Helena", dibuja perfectamente todos estos sentimientos. Cuando escuché este tema por primera vez en un concierto dado por televisión tuve la certeza de que se trataba de una las mejores canciones que yo conocía.

Hace tiempo que quería ponerla en este blog, creo que ha llegado el momento.

Yo espero que ustedes en sus vidas tengan que esperar lo menos posible, o al menos que sus esperas se conviertan en sueños que puedan alimentar, cuidar, mimar y trabajar, así, al menos, la espera será menos aburrida y desesperante




Dedicado a tod@s los que esperan a algo o alguien en la vida.

martes, 7 de julio de 2009

EL HALAGO VALE DOBLE

Tengo que agradecer muy sinceramente las palabras escritas de José Luis Sánchez - Tosal, con su artículo publicado en la página web http://www.ciudadrodrigo.net/ . A la hora de recibir las críticas de la novela uno todavía no está acostumbrado a encajar las menos buenas y no se da cuenta de que se trata de mi primera novela y de que en esta vida hay gustos para todos, pero siempre he sido muy exigente conmigo mismo. Sin embargo, cuando leo algo como lo escrito por José Luis (Chelas), uno siente que lo escrito y todo lo que ha envuelto al libro, ha merecido la pena. Gracias Chelas, porque tu comentario llega cuando más dudas tenía uno y porque, como te dije, viniendo de ti el halago vale doble.

José Luis Sánchez-Tosal Pérez. www.ciudadrodrigo.net

(02-07-2009)


"Una vez más tenía que ponerme al tajo, sin que hubiera una llamada de atención de algún suceso local, por tanto para escribir la página mi mente viajaba al exterior, y allí ya se sabe que se ve brillar más que el sol en estos tiempos –la podredumbre-, es decir la no justicia, las cuentas de Bárcenas, la desmemoria histórica, Madoff o el único Paganini de Wall Street (que va a la cárcel por idiota y andar estafando a los ricos cuando lo que se lleva es fabricar millones de pobres), o el sistema que ya recoge en muchos puestos de relumbre a los perros guardianes del capital que anteriormente gerenciaron el desastre que le señalaron sus amos. Y encima va y se muere Michael Jackson. O sea, cosas todas ellas tan impresentables como desagradable ocuparse de ellas y de los males que riegan.

En esta carga andaba cuando mira por dónde en lo local me salta la liebre, viene de la mano de Víctor Esteban Sardiña, el nieto del acomodador del Cine Madrid, padre este de su tío Ángel, artista ya acreditado que fue mi compañero de pupitre en la escuela y el cual hacía dibujos con una facilidad indescriptible mientras el maestro nos metía la tabla de multiplicar con la regla en la mano, e hijo de Tito el tapicero. Y es que Víctor ha escrito una novela, y por cierto a mi modo de entender buena, pues fue ponerme ante ella y soltarla hasta que tuviera tiempo de poder leerla de un tirón y sin prisas, porque así lo requería la forma en que me atrapó.

De la novela me ha gustado todo, la forma en que está urdida, los personajes, y además el escenario en que sucede pues es en ese Portugal tan querido y conocido por mí. Es atrapante, actual y vital, leyendo estás escuchando y siendo testigo de los avatares y de la voz de personajes de nuestra época, con ella me he olvidado de toda la negrura económica que nos oprime, y he entrado en el reino de los sentimientos, que aunque nos esclavizan y nos marcan, son los únicos que nos liberan y nos hacen vivir ilusionados, a pesar de toda la mierda que nos invade.

Otra vez más un mirobrigense se ocupa de crear cultura, y otra vez más me aparece el misterio de por qué este pueblo cosecha tanto artista, y no hay duda que leída su novela Víctor lo es, pero la mejor forma de comprobar mis palabras es leyendo “Tras la ilusión, el sol de poniente”. Les garantizo que me agradecerán la recomendación, y mientras vosotros estáis en eso yo me quedo preguntándome dónde y quién le ha enseñado tanto a este paisano, del cual yo sabía por boca de mujer que era posiblemente el mozo más guapo del pueblo, pero no que sus andanzas vitales le construyeran este andamiaje cultural. "