La vida te la dan, pero no te la regalan

jueves, 30 de octubre de 2014

NOVIEMBRE


Llega noviembre, como casi siempre; con su abrigo en la mano y un montón de ropa en la mochila. 

Llega con un gesto triste y melancólico, echando de menos a los que ya no están, a los que nos dejaron.

Llega frío, oscuro y nocturno, robándole horas al sol y cubriendo los campos de escarcha. 

Noviembre siempre fue amigo del brasero, de la manta en el sofá, de la bufanda en la calle, del refugio en el cine. 

Para ocultar su tristeza, últimamente le gusta llegar disfrazado y maquillado. Quiere alejar su mala fama de nostálgico y por eso nos da la bienvenida organizándose una fiesta y burlándose de la muerte.

Llega acompañado por la melodía de una balada de otoño, con la intención de desnudar los árboles, ahora que más necesitan de abrigo, para enmoquetar los caminos de hojas rojizas y resecas. 

Y llega noviembre, mitad escorpión, mitad sagitario, para albergar aniversarios, para hacernos un poco más viejos, y para hacernos ver como una nueva hoja amarillenta se cae del calendario.