La vida te la dan, pero no te la regalan

sábado, 16 de marzo de 2013

TU PROPIA PELÍCULA

El tiempo hace su trabajo escrupulosamente, sin alteraciones. Uno no se da apenas cuenta, pero cuando te percatas, el tiempo alimentó un pasado que ha crecido más de lo que se esperaba.


El tiempo pasa sin desfallecer, sin desasosiego y entonces miras hacía atrás y apenas puedes ver el principio. A duras penas podrás ver el comienzo de esa película que poco a poco vas gestando. Esa película que todos vamos construyendo. Única, particular. Esa película en la que hay escenas que se censuran y que se guardan en el arcón de los recuerdos, o mejor dicho, de los secretos. Esa película en la que grabamos aquellos momentos que nos pusieron la carne de gallina. Esa película en la que lloramos, en la que sufrimos, en la que también nos reímos, en la que amamos y peleamos por vivir, y en la que nos equivocamos. Una película en la que borraras muchos momentos porque no cabe ponerlos todos.

Con el tiempo y con la serenidad necesaria uno podrá contemplar esa película como si de un trailer se tratara y entonces quizá sonreirá con nostalgia, apenas arrugando la mejilla derecha. Si la vida no fue muy cruel quizá diga que no ha estado mal hasta el momento. Si fuera un soñador podrá decir que aún quedan muchas escenas por diseñar y grabar. Pero el pesimista añadirá que aún queda un tortuoso y complicado guión por escribir. El anciano por su parte pensará que esta película se va acabando y que pronto llegará el final.

Así, de esta manera, cada uno, con la ayuda del tiempo, va elaborando su propia historia, su propio guión, su propia película.

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